Pueblos Originarios

 

En la Región de los Ríos se ubicaban, desde antes de la llegada de los españoles, principalmente dos pueblos originarios: los huilliches y los mapuches o "gente de la tierra", el pueblo indígena más numeroso de nuestro país y tal vez el único que conserva aún, en algunos asentamientos, su lengua y parte de su cultura.

Los huilliches, que quiere decir “gente del sur”, se ubicaron al sur del río Toltén llegando hasta el Seno de Reloncaví. Ocupaban la franja central del territorio y principalmente se asentaron en las zonas de Osorno, Llanquihue y Valdivia. Otro grupo que se hace presente en la zona son los mapuches o "gente de la tierra", el pueblo indígena más numeroso de nuestro país y tal vez el único que conserva aún, en algunos asentamientos, su lengua y parte de su cultura.

Esta Región a pesar de encontrarse bastante alejada del centro del país desde donde se planificó la conquista de Chile, pronto se vio intervenida por la fundación de fuertes y ciudades que marcaron la presencia española en el país incluso más allá de las derrotas de estos. Por ejemplo, después de la Independencia de Chile el último bastión español que quedó en Chile fue Castro, en la isla de Chiloé, que fue incorporada en 1826 por Ramón Freire.

La ciudad más importante ubicada al norte de esta región es Valdivia, la cual fue fundada el 9 de febrero de 1552 por Pedro de Valdivia, ubicada cerca de un puerto y entre los ríos Calle-Calle y Cruces fue un lugar estratégico para las pretensiones españolas transformándose en la segunda ciudad más importante de las fundadas por los españoles al sur de Chile.

En 1840 llegaron los primeros colonos alemanes a esta zona la cual, se encontraba separada por la ocupación mapuche en la zona de la Araucanía , así el gobierno encomendó a Bernardo Eunom Philippi, traer colonos desde Alemania y entregarles terrenos debidamente marcados. En 1846 se instalaron los primeros colonos en estos territorios.

A medida que nos acercamos a las regiones del sur nos encontramos con ciudades y pueblos más jóvenes, lo que se explica en gran parte por la lentitud de la colonización en tierras donde el clima y la geografía son poco favorables para la vida.